miércoles, 12 de septiembre de 2012

La generación perdida.


Por desgracia, hoy España vuelve a destacar en Europa. En esta ocasión nuestro país es noticia debido a que posee el mayor porcentaje de jóvenes pertenecientes a la “generación nini" dentro de nuestro continente. Con titulares como éstos son muchas las preguntas que circulan por mi cabeza, pero no adelantemos acontecimientos; al final de esta pequeña lectura seguro que vosotros sacaréis vuestras propios interrogantes.

En primer lugar, para aquellos despistados que no sepáis en que consiste la expresión “generación nini” os lo explicaré brevemente. Este término sociológico se refiere a los jóvenes comprendidos aproximadamente entre los 14 y 30 años que no estudian, ni trabajan. Las causas que inducen a esta situación según los expertos son muy diversas: incertidumbre en el mundo laboral, problemas sociales, falta de atención en el ámbito familiar etc.

Tristemente, unas razones u otras llevan a muchos adolescentes a formar parte de esta “generación perdida”. Y hago bien, en utilizar este último adjetivo ya que para muchos de ellos (y espero tener la fortuna de que esto no me ocurra) la pérdida de valores como la constancia, el interés por aprender,  la lucha por los sueños y  la superación personal, así como, el conformismo de vivir gracias a los padres es un claro ejemplo de su día a día. Todo esto va en detrimento de una formación cualificada, del interés por la cultura y, sobre todo, de la satisfacción con uno mismo y del crecimiento  personal; todo ello bastante necesario en los tiempos que estamos viviendo.

Por suerte, todas las monedas tienen otra cara. En esta ocasión la de aquellos “valientes” que decidimos perseguir en mayor o menor medida nuestros sueños ya sea estudiar un grado universitario, presentarse a unas oposiciones o seguir trabajando en un negocio familiar. Nadie nos asegura que no vayamos a cometer errores, ni mucho menos que recibiremos la recompensa que creemos que nuestro esfuerzo merece, pero al menos en el camino habremos adquirido unas cualidades de las cuales podremos sentirnos orgullosos.

Ahora bien, ¿Somos los afortunados que no nos situamos en esta colectividad lo suficientemente fuertes como para despejar las dudas de estos jóvenes perdidos?. ¿Qué pasará si esta manera de pensar se extiende en generaciones futuras?. Con noticias como ésta, ¿de verdad puede sorprendernos la situación en la que está sumida actualmente nuestro país?

Os dejo deliberar a vosotros mismos sobre este tema, pero antes sólo me queda hacer referencia a una cita del gran Mahatma Gandhi :
 “ Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.”

Buenas noches amigos.

martes, 26 de junio de 2012

Color esperanza


Nunca nadie dijo que la vida fuese un camino recto y sin obstáculos, y desde luego que si alguien pronunció esas palabras, no vivió lo suficiente.

Los contratiempos se cruzan en nuestro camino de manera imprevisible. A veces nos sentiremos superados por las circunstancias, abrumados por los acontecimientos e incluso sin apenas fuerzas para luchar.

De vez en cuando, pensaremos que el esfuerzo no ha merecido la recompensa que debía obtener y la frustración se apoderará de nosotros por unos instantes o, simplemente, nos resignaremos a pensar que la vida no ha sido justa.

Todos hemos tenido en algún momento de nuestra existencia alguna de estas sensaciones, pero ¿de qué sirve mantener el pesimismo?

En ocasiones no es fácil seguir hacia delante, es cierto; pero si miramos a la vida con optimismo y esperanza nosotros mismos empezaremos a verla con un color diferente.
¿Acaso no es mejor pensar que cuando una puerta se cierra, quizás una nueva está por abrir? ¿No es preferible creer que al otro lado del desierto siempre habrá un oasis?  ¿No es más sencillo imaginar que si las cosas no sucedieron como planeábamos es porque el destino nos tiene guardado algo aún más beneficioso?

Para enfrentar la adversidad hay que quitarse los miedos ante un mundo inmenso por descubrir, levantarnos pensando “hoy todo va a salirme bien”, y sentir que todo vuelve a sonreír mientras buscamos el verdadero sentido de la supervivencia. Porque sonreír a la vida es olvidar y superar los obstáculos que nos propone para comenzar a mirarla con color esperanza.


sábado, 28 de abril de 2012

Feliz cumpleaños pequeña.

28 de Abril, una fecha importante en mi calendario. Son muchas las razones que hacen que este día no sea igual a los demás, pero la más especial y la que hace que hoy este de nuevo escribiendo es ella, mi pequeña :)

Hoy mi querida gemelita cumple diecinueve años, parece que fue ayer cuando celebrábamos sus esperados dieciséis o su mayoría de edad. ¡Cómo pasa el tiempo!

A su lado he compartido momentos de la infancia, y gran parte de la adolescencia. Hemos crecido juntas, descubierto nuevas experiencias  y compartido grandes alegrías. Como en toda relación siempre ha habido algún mal momento, pero la capacidad de superarlos y seguir adelante son lo que marcan la diferencia

Siempre he dicho que la vida me regalo una hermana, y cada día que pasa esa frase cobra mucho sentido pequeña, porque todo lo vivido junto a ti no se puede comparar con casi nada. 

Aunque ya te lo he dicho miles de veces y tú lo sabes de sobra hoy tengo la necesidad de recordarte que tienes ganado un gran trocito de mi corazón ya que para mí eres la mejor amiga que se puede tener. Es en los momentos clave donde descubres quién va a seguir a tu lado, y tú eso ya me lo has demostrado muchas veces. Porque pase lo que pase tu felicidad es también la mía, y estaré a tu lado para aconsejarte, para compartir contigo los buenos momentos, para consolarte o para que no olvides que siempre que me necesites estaré ahí.

Un año más a tu lado. Gracias por ser tan grande pelela.

Te quiero mucho. :)

viernes, 6 de abril de 2012

La lucha por los "improbables"


¿Cuántas veces hemos escuchado decir que algo era imposible? ¿Cuántas veces hemos visto a alguien tirar la toalla antes de recuperar las fuerzas perdidas y las ganas para volver a intentar aquello que tanto anhelaban?

Particularmente, he sido de ese grupo de "pragmáticos" que creían en la existencia de los imposibles, que pensaban que había cosas que quizás jamás podrían cumplirse. Pese a que muchos consideren que la semejanza es muy alta, a día de hoy prefiero pensar que no hay cosas imposibles, sino “improbables”.

Una conocida serie de televisión española hablaba en uno de sus capítulos de esta pequeña diferencia entre ambas palabras. La mayoría de sus protagonistas preferían quedarse con la improbabilidad, ya que, aunque fuese difícil que su sueño se llevase a cabo, siempre quedaba una puerta entreabierta la cual hacía de ese mismo hecho algo “probable”.

La historia está llena de acontecimientos que eran improbables pero que sucedieron: la victoria de David a Goliat, un afroamericano habitando en la Casa Blanca... y otros muchos más hechos que no han tenido gran trascendencia a nivel universal pero que sí que marcaron un antes y después para sus protagonistas.

Quizás estas anécdotas fueron calificadas en su momento como "algo imposible”, pero fueron aquellos contaron con una gran capacidad de superación y perseverancia lo que lo consiguieron. No nos engañemos; la razón que suele convertir un suceso en imposible, es nuestro miedo a fracasar.

El boxeador estadounidense Muhammad Alí dijo una vez:  "Imposible es sólo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. “Imposible” no es un hecho, es una opinión. “Imposible” no es una declaración, es un reto. “Imposible” es potencial. “Imposible” es temporal, “Imposible” es nada"

Puede que encontremos en el camino a nuestro sueño una ruta alternativa que nos haga igual o más felices y decidamos seguirla, pero al menos cada vez que echemos la vista atrás, podremos decir con la cabeza bien alta que luchamos por el que era nuestro sueño y que superamos cada dificultad que hubo en nuestro recorrido, por lo que podremos sentirnos orgullos de nuestra ambición. Nadie dijo que algo en esta vida fuese fácil y es que para la mayoría de los mortales... sin sufrimiento, no hay recompensa.

¿De verdad creen que la mayoría de los deportistas que han ganado medallas olímpicas lo hicieron sin ningún esfuerzo? No seamos ilusos, gran parte de ellos tenían a sus espaldas horas y horas de entrenamiento, pero estoy convencida que todo ello se vio recompensado con cada pequeño éxito que fueron consiguiendo.

Luchar por conseguir nuestros sueños por muy improbables que parezcan nos hará siempre crecer como personas. Posiblemente encontremos obstáculos una y otra vez, pero, sólo los que cuenten con la verdadera fortaleza para levantarse y seguir adelante, tendrán la oportunidad de llegar a la cima. Serán muchos conocidos o amigos los que piensen que nunca alcanzaremos nuestro objetivo o que quizás tanto esfuerzo resultará inútil, pero mientras nosotros tengamos la fe de que algún día llegará ese golpe de suerte que nos dé la recompensa que tanto habíamos deseado debemos seguir luchando.

Por eso, para  todos los que tengan un sueño, y que a día de hoy cuenten con la fuerza, la valentía y  el coraje para seguir intentándolo, solo me queda decirles la siguiente frase: 

                                 “Si luchas puedes perder, si no, ya has perdido”

Ánimo, y a seguir peleando por vuestro sueño :)

miércoles, 28 de marzo de 2012

El enigma del destino.


Para bien o para mal, siempre he sido de esas personas que creen en el destino, de ésas que piensan que la historia de cada uno de nosotros está ya determinada y escrita con tinta invisible desde el primer momento, pero que solo muestra sus trazos cuando ese “futuro” ha pasado a ser denominado presente.

Poco a poco, descubrimos como el destino ha tejido  sus hilos de manera indescifrable y enrevesada ante nosotros. Lo mejor de esta fuerza sobrenatural es que existe el rincón para los caprichos que ésta desea marcar en nuestras vidas dejando así lugar para la sorpresa. Quizás un día despiertes y alguien que era un desconocido unos meses atrás se haya convertido en un pilar fundamental de tu vida.

Ni el mejor vidente podrá decirnos jamás  donde encontraremos algún día a una persona que marcará una etapa en nuestro ciclo vital,  si una decisión es o no correcta, o quién será el amor que deje una huella imborrable para el resto de nuestras vidas.

Quizás después de un tiempo miremos hacia atrás y nos demos cuenta de que las pistas que nos daba el destino para resolver cada enigma que nos planteaba habían estado siempre ahí, que las casualidades no existen y que todo lo que ocurre tiene un por qué.

Hace un tiempo no hubiese imaginado que estaría escribiendo esto  pero los caprichos del destino y las circunstancias de la vida han contribuido a que sea así.

Nunca imaginas lo que una persona llegará a sorprenderte, y mucho menos lo que será capaz de hacer por ti sin pedirte nada a cambio. Es fácil sentirse afortunada sabiendo que, a pesar de los errores cometidos, hay alguien con la capacidad suficiente para perdonarte y dejarlos a un lado porque en el fondo piensa que merece la pena seguir permaneciendo a tu lado.

Es cierto que en ocasiones los defectos de cada uno salen a la luz y todo toma un rumbo algo tormentoso, pero cuando es alguien que en los momentos cruciales siempre ha estado ahí y te ha tendido su mano para levantarte si era necesario, todos esos pequeños defectos queden en un segundo o tercer plano.

Pocas veces en la vida tenemos la oportunidad de conocer a alguien de manera casual y ver día tras día que es una persona completamente diferente a quién en un comienzo habías imaginado que era, pero aún es más inusual que la sinceridad posea desde el primer instante el papel principal en esa partida. Es curioso observar como paso tras paso “el enigma” queda al descubierto y las fortalezas y debilidades de cada uno quedan visibles ante el otro. En el fondo poco importa mostrar ese lado débil cuando ves como la persona que tienes delante muestra diariamente la confianza que tiene depositada en ti y pasa a ser alguien casi imprescindible conviertiendose en una esas personas que si un día no dan señales en tu vida, ese día pasa a volverse un tanto extraño.

Podría escribir muchos párrafos más explicando cada detalle de esta historia, pero como bien sabes soy alguien que  prefiere demostrar la importancia que posee para mí una persona a través de los hechos, algo que tu has hecho ya durante un tiempo que ha sido crucial para mí y por lo que siempre estaré en deuda contigo. Me has demostrado los valores que solo los grandes héroes poseen pero además me has recordado quién era, quién soy y quién quiero ser, y todo ello sin pedir nada a cambio, lo cual te hace aún más grande. Y es que la grandeza de un hombre se puede manifestar en los grandes momentos, pero se forma en los momentos cotidianos, porque son esos pequeños detalles del día a día los que marcan la diferencia.

martes, 27 de marzo de 2012

El juego del amor

Siempre he creído que cuando escribes un blog jamás debes imponerte un tema a tratar ya que el resultado de esa entrada nunca será tan bueno como si lo tratases en el un momento en que de verdad crees que debes hacerlo.Tras mucho deliberar, y meditar sobre ello quizás hoy sea el momento de hablar sobre el amor. 

Empezando por lo sencillo de este asunto, debo decir que antes o después todos conocemos ese sentimiento de una u otra manera. Es curioso ver como personas con caracteres tan diferentes y vivencias y valores tan distintos tenemos un mismo fin en la vida: encontrar alguien que nos acompañe en nuestro camino.

Este suceso es casi imposible de explicar, de hecho, dudo que haya alguien tan osado como para proponer algún día una teoría universal sobre el amor. Quizás mi afirmación pueda parecer demasiado atrevida, pero quien de verdad hemos sentido este sentimiento sabemos que no responde de explicaciones científicas, y que en muchas ocasiones es algo irracional.

Nadie elige de quien enamorarse, y mucho menos cuando dejar de querer a alguien. El tiempo, las circunstancias de la vida y nuestro propio destino son algunas de las variables que influyen en este juego en el que antes o después casi todos participamos, y del que algunas veces hemos resultado perdedores por no lanzar los dados adecuadamente o simplemente porque la suerte no nos acompañó a lo largo de esa partida.

Sin embargo, solo los valientes son capaces de recuperar su riqueza personal, lanzar de nuevo los dados y mover ficha  para apostar de nuevo e intentar dar lo mejor de sí mismos ante una nueva oportunidad.

A pesar de las decepciones, el dolor y los desengaños siempre merece la pena volver a apostar. Porque la vida sin amor carece de sueños, de ilusiones, y de la paz y tranquilidad que genera compartir tus alegrías y tristezas con la persona que elegimos para que camine con nosotros día tras día. Y quizás el amor no sea siempre perfecto y a veces el sufrimiento sea un alto coste que pagamos por tan solo unos instantes de felicidad, pero como diría el poeta Alfred Tennyson:

                              "es mejor haber amado y perdido que jamás haber amado".

martes, 20 de marzo de 2012

La virtud de las adversidades.

Día tras día la vida nos propone nuevos obstáculos en nuestro camino que debemos superar. Algunos podremos salvarlos con un simple “salto” o la ayuda de un fiel compañero de viaje, sin embargo, otros marcarán en nosotros un antes y un después y dejarán una huella difícil de borrar.

Nuestra existencia se basa es una sucesión de batallas las cuales debemos afrontar con coraje, determinación y valentía, pero, sobre todo, con las ganas de seguir luchando que solo los verdaderos guerreros poseen. Y es que ¿de qué sirve quejarse y lamentarse?

Personalmente, soy de las que piensa que todo en esta vida ocurre por algo, que nada es casualidad, y cómo diría una mujer de mi entorno a la cual admiro: “Dios sabe por qué hace las cosas”.  

Es cierto que en ocasiones sus decisiones pueden parecernos injustas, pero ante este hecho, sólo tenemos dos opciones: o bien llevar las adversidades con pena y sufrimiento, o sacar provecho de las lecciones que el destino nos regala e intentar buscar su lado bueno.

Aristóteles decía: "en la adversidades sale a la luz la virtud"y, en efecto, el éxito de cada uno de nosotros depende de la capacidad que tengamos para superarnos en cada etapa de nuestro recorrido vital.

El modo en que enfoquemos las dificultades será lo que marque la diferencia. Por ello, os invito a ver este vídeo que para mí es , sin dudarlo, una gran fuente de sabiduría.
Buenas noches.


viernes, 16 de marzo de 2012

Caminando juntos

Hoy, dieciséis de Marzo de 2012 es quizás uno de los días más apropiados para que hable del valor de la amistad. Después entenderán por qué.

Para empezar, me gustaría recordar aquella vieja frase que dice "quién tiene un amigo, tiene un tesoro", ya que aunque muchas veces no nos demos cuenta, aquéllos que de verdad merecen recibir el calificativo de "amigo", aportan tanto en nosotros como de manera incesante en nuestras vidas una riqueza de valores humanos .

Amigo es aquél que por mucho que pasen los años deseamos que siga formando parte de nuestra vida día tras día, esa vida que nos presentará obstáculos, los cuales gracias a estos fieles compañeros de camino conseguiremos salvar o llevar de diferente manera más sencilla. 

Amigo es esa persona que siempre estará ahí cuando necesitemos conversar; quién buscará el modo, tiempo y lugar de estar a tu lado si de verdad es necesario, pero quién también compartirá con nosotros las alegrías y buenos momentos. 

Por eso hoy mi blog va para él, para mi querido Daniel, porque vivir su cumpleaños es celebrar un año más a su lado. Son fechas como ésta las que permiten dar una vista atrás y ver las huellas que juntos hemos dejado en el camino que hasta ahora hemos compartido, y las cuales han hecho que una parte de nosotros vaya implícita en el otro. 

Podría pasarme horas escribiendo sobre todo aquéllo que hemos vivido juntos pero prefiero hacer uso de mis palabras para agradecerte todo lo que durante este tiempo me has aportado.

Gracias por ese abrazo en el momento justo, por la confianza que siempre me has mostrado además la discreción ante aquellas cosas de mi vida cotidiana,  por esa complicidad que nos permite disfrutar de nuestras pequeñas locuras y como no por el apoyo y respeto de mis decisiones aún cuando considerabas que eran precipitadas o equivocadas, y sobre todo, gracias por creer en mí cuando ni yo misma lo hacía. Son esas pequeñas cosas las que marcan la diferencian y las culpables de que hoy tu seas el protagonista de esta entrada. 

Ya lo dice la canción...: "Porque eres un chico excelente, y siempre lo serás". Por eso espero y haré  todo lo posible, para compartir muchos más cumpleaños junto a ti. Muchísimas felicidades cuqui.
.







lunes, 12 de marzo de 2012

Una última lección

¿Alguna vez os habéis planteado cuales sería las últimas palabras que diríais al resto del mundo antes de morir? ¿Como afrontaríais ese empuje final?

Quizás pueda parecer una pregunta dramática y difícil pero es en las situaciones adversas es donde, por lo general, redescubrimos lo mejor de nosotros mismos.

Habitualmente, daría mi visión sobre este tema, pero no será así en esta ocasión. Todo lo que yo podría intentar decir no es nada, comparado con las palabras de Randy Pausch

Este profesor de ingeniería informática pronunció una conferencia titulada "Alcanzar realmente tus sueños de la infancia" Y no es sólo su visión de la vida lo que hace grande su discurso, si no, la manera que demuestra de enfrentarse a la vida y las circunstancias que surgen en ella, a pesar de sufrir un cáncer de páncreas incurable

Coraje, valentía y lucha son algunas de las palabras que caracterizan su filosofía de vida. Un ejemplo a seguir, y que en mi caso, me hace darme cuenta de lo realmente es importante en la vida. Restemos importancia a aquellas pequeñas cosas que muchas veces sobrevaloramos y nos impiden ser felices, ya que los obstáculos de la vida antes o después llegarán. 

Vivir es también prepararse para situaciones difíciles, pero será el modo en que las enfoquemos y afrontemos lo que marque la diferencia. 

No os entretengo más, puesto que la verdadera sabiduría de esta entrada reside en "la última lección" de este gran luchador.








domingo, 4 de marzo de 2012

Nuestro reflejo ante los demás


Recordemos la obra teatral “La casa de Bernarda Alba,  la dueña de la casa se caracterizaba por ser una mujer hipócrita, que pretendía tener una reputación perfecta ante sus conocidos, y que mostraba dos maneras de ser distintas dependiendo de si se encontraba dentro o fuera de la casa.

Éste es sólo un ejemplo de esa frase que dice: “Las apariencias engañan”, pero ¿nos hemos planteado alguna vez si nosotros guardamos también las apariencias ante los demás?

En la mayoría de los casos esa respuesta resultará afirmativa, ya que antes o después todos hemos fingido en algún momento de nuestra vida ser alguien diferente a quién de verdad somos, o hemos “maquillado” las ideas y actos que realmente querríamos mostrar. De hecho, gran parte de lo que solemos denominar “cortesía” en eventos sociales consiste ciertamente en no prestar atención a aquellos aspectos de nuestro comportamiento que podrían dejarnos en evidencia ante los demás.  ¿Quién no ha saludado a alguien alguna vez sólo por ser políticamente correcto? O, ¿Cuántas veces hemos mantenido la compostura en algún acontecimiento cuando en realidad estábamos deseando irnos?

Aunque no lo parezca nuestra vida no transcurre sencillamente. Utilizamos el contacto social como una especie de instrumento protector esperando que, a cambio, las propias debilidades no se expongan deliberadamente ante los demás.  Sin darnos cuenta, solemos tener bastante destreza para controlar los gestos y expresiones que utilizamos al interactuar con nuestro entorno.  Con el tiempo modelamos nuestros pensamientos y actitudes para “cumplir con las expectativas de los demás”. Pero, ¿hasta qué punto somos de verdad nuestra propia esencia?

Debemos ser nosotros mismos evitando pensar el reflejo que transmitimos a los demás. Descubrir lo que somos y queremos ser, y no basarnos en lo que el  resto espera de nosotros. No digo que conseguirlo sea una tarea fácil, sería muy utópico y osado por mi parte, pero si es cierto que una vez que descubres tus capacidades y debilidades y te comprometes a actuar en función de quién eres, la felicidad se encuentra al alcance de tu mano.

Y es que, la mayor traición del ser humano, es incumplir nuestros propios valores.

Como dijo el vocalista del grupo Nirvana, Kurt Kobain: 
"Prefiero que la gente me odie por ser quién soy, a que la gente me ame por lo que no soy"

jueves, 1 de marzo de 2012

Una gran experiencia.


Es difícil buscar la manera adecuada para empezar a escribir este blog, y es que al fin y al cabo, hay veces que no existen palabras para describir una gran experiencia.

Hace unos meses, cuando comencé en el grupo de debate no entendía realmente la importancia de una actividad así. Es cierto que implica mucho esfuerzo, pero la recompensa es tan grande, que todo ese “sacrificio” queda en un segundo plano.

Visitar otra ciudad,  conocer nueva gente,  enfrentarse a un tema que para nosotros era en gran medida desconocido o aprender a trabajar en equipo son algunos de los grandes retos que conlleva debate. Ya lo decían mis queridas “mamis”: “debate tiene algo que engancha”. Y ciertamente, no las faltó razón.

Es una actividad que supone querer superarse a sí mismo día a día, exigirse cada vez más y documentarse todo lo posible sobre la pregunta propuesta en cada torneo. En definitiva, implica tanto un gran crecimiento personal como profesional..

Además me siento afortunada por haber contado con la ayuda de mis queridos veteranos de la universidad en cada momento  y poder haber conocido  a gente maravillosa. He tenido en cada momento la mejor compañía y como no, el apoyo de mis incondicionales.

Son muchas las lecciones para la vida que me llevo de esta experiencia, pero en lo que a mi faceta de “escritora”  se refiere tengo que decir que he descubierto la verdadera importancia que la palabra y comunicarse con los demás tiene en nuestras vidas; pero también el valor que posee el silencio. Quizás dentro de un poco será un tema que trate en este blog. Por el momento, solo me queda hacer referencia a una gran frase del Premio Nobel de Literatura William Golding que decía:
"Hay que revindicar el valor de la palabra, poderosa herramienta que puede cambiar nuestro mundo"
Hagamos entonces uso de este gran instrumento. Por ahora, yo prometo volver muy muy pronto a escribir tan a menudo como hacía antes, ya que durante estos últimos días abandoné este rincón. Hasta pronto.

viernes, 17 de febrero de 2012

Límite de principios


Habitualmente tenemos tendencia a criticar todo aquéllo que va en contra de la moralidad que poseemos. Ahora bien, ¿hasta qué punto somos fieles a nuestros ideales?

Soy consciente de la dificultad de abordar esta pregunta, al igual que también me resulta evidente como algunos de los que leáis esta entrada, si gozáis de un espíritu en gran medida rebelde, responderéis de manera inmediata defendiendo vuestra lealtad moral "infranqueable". 

Y sí ciertamente pongo en duda la fidelidad al ideario que poséis ya que es posible que al terminar de leer este blog muchos os encontraréis dubitativos en vuestra respuesta. Primero vayamos a lo sencillo.


Normalmente, intentamos actuar y tomar decisiones en base a los valores y principios morales de cada uno, es algo innegable. Este hecho suele intensificarse en nosotros en la edad juvenil, en la cual pretendemos ser más libres y más independientes, como consecuencia de ese espíritu soñador y luchador que nos acompaña en estas edades. Honestamente, considero que las ideas de libertinaje y progreso disminuyen en una gran mayoría de las personas en la misma proporción que aumentan sus responsabilidades ante la vida. Siéntete afortunado si algún día este caso es el tuyo.


Pensaréis que he perdido la cordura en mi última frase, pero no, dentro de unos minutos también afirmaréis lo mismo que yo. Los "bienaventurados" anteriores únicamente renunciarán a luchar abiertamente por algunas de esas ideas, mientras que, aquéllos que en algún momento de su vida se planteen un dilema como el que viene a continuación, deberán elegir entre su moralidad y sus responsabilidades. 


Este ejemplo fue propuesto por mi profesor de Sociología durante una clase. La situación es la siguiente: 


Juan, un publicista y padre de familia de nivel adquisitivo medio (con hipoteca, facturas, gastos etc.), es elegido para realizar una campaña de una empresa deportiva que supondrá unos grandes beneficios para su agencia. El hombre descubre que los productos del anuncio son realizados por trabajadores en condiciones abusivas y que atentan contra su dignidad humana. Juan siempre se ha opuesto a comprar productos que pudieran ser fabricados así, por lo que busca la manera de convencer a su jefe para que rechace la campaña o le sea traspasada a un compañero. Sin embargo, le resulta imposible. Tiene dos opciones:


-Por un lado, aceptar el proyecto intentando ignorar la oscura trama que hay detrás, ya que piensa: "si no lo hago yo, lo terminará haciendo otro. Tengo una familia que mantener. Ser un profesional también implica dejar de lado lo personal. Probaré a hacer la campaña de manera objetiva"


-Por otro lado, puede negarse a trabajar en ese anuncio, lo que conlleva el despido. Muchos pensaréis que tiene que existir alguna protección legal para el trabajador pero, es bien sabido que antes o después este incidente le pasará factura.


Este ejemplo puede ser aplicado al abogado que debe defender a un cliente que es claramente culpable, o el médico que tiene que salvar la vida de un conductor ebrio que provoca un accidente de tráfico. En cualquier profesión pueden existir este tipo de conflictos éticos. La cuestión es: ¿debemos ser profesionales, o por el contrario, seguir nuestros principios?


La respuesta de mi profesor fue la siguiente: "Aquél que en este caso fuese fiel a sus principios puede marcharse ya de esta clase, el resto seréis antes o después ratillas del sistema". 

En ese momento ninguno de los allí presentes nos levantamos, aunque no puedo negar, que no hayamos reflexionado sobre este gran dilema. Quizás de aquí a que terminemos la carrera alguno decidamos realmente salir por la puerta y seguir viviendo de manera libre e independiente, ya que es difícil tener el valor de seguir fieles a nosotros y atrevernos a nadar a contracorriente.


Y tú, ¿saldrías por la puerta?


miércoles, 15 de febrero de 2012

El poder de las palabras.

Utilizamos miles de palabras al cabo del día, construimos cientos de frases, intentamos controlar varios idiomas, pero ¿cuál es el verdadero impacto que ejercen las palabras en nosotros?

Normalmente, pensamos que cuantas más palabras usemos mejor podremos comunicar lo que sentimos. ¡Qué equivocados estamos creyendo esto!. A menudo, el verdadero don de la palabra no se encuentra en la cantidad, si no en tener la capacidad de emplear los términos que son adecuados en cada momento. Prueba de ello es el siguiente video:


Así es, las palabras afectan tanto de manera consciente o inconsciente en  nuestra forma de pensar y actuar. Este hecho influye, sobre todo, en la etapa infantil, en la cual creemos ser lo que nos dicen que somos, (desgraciadamente, esta situación permanece en algunas personas durante toda su vida). 


Una prueba de ello, es un estudio realizado en Gran Bretaña en los años 60, en relación a la influencia en los niños de las palabras. Primeramente, dividieron a los alumnos en varios grupos en función de su capacidad intelectual. Aquéllos que tenían una gran coeficiente y se les comunicaba obtenían grandes resultados, mientras que los estudiantes informados de sus escasos resultados terminaban dejando el curso o frustrados. Posteriormente, se cambiaron los resultados, es decir, aquéllos con mayor coeficiente eran engañados haciéndoles creer que eran los peores, obteniendo así peores notas o incluso abandonando. Por el contrario, aquellos que obtenían resultados  más ajustados y se les hacía creer que eran brillantes, alcanzaban excelentes calificaciones en pocos meses. 

Este simple ejemplo nos sirve para darnos cuenta de la importancia de las  palabras a la hora de engrandecer o aplastar nuestro espíritu. Las palabras pueden hacer que demos a alguien la llave de su poder o quitárselo, pero depende de nosotros tener la maestría suficiente para saber utilizarlas. Como diría el filósofo y escritor francés Voltaire:
              "Una palabra mal colocada, estropea el más bello pensamiento"

Buenas noches.


domingo, 12 de febrero de 2012

El vaivén de las emociones



Para esta nueva entrada tenía pensado escribir sobre un tema completamente distinto, pero al fin y al cabo, la vida es algo imprevisible y hoy me siento en la necesidad de escribir acerca algo que resulta inherente en el ser humano, las emociones.

La Real Academia Española de la Lengua define la palabra emoción de la siguiente manera:
"Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática"
Obviamente, esta definición es claramente correcta, pero quizás pecando de sentimental, debo reconocer que me resulta demasiado fría y racional para describir este tipo de sensaciones. Y es que, contradictoriamente, sentir es eso, un hecho básicamente irracional.

Al contrario, que en la física o en un partido de fútbol, en los sentimientos no existen teorías ni reglas. Nadie puede mandar en las emociones, en ocasiones, ni siquiera nosotros mismos somos capaces de hacerlo. Podemos prometernos evitar querer u odiar a alguien, pero será realmente nuestro corazón quién lleve la batuta a la hora de decidir que debemos sentir.

Cada uno tenemos una manera de expresarlo o de esconderlo, pero en el fondo, todos somos esclavos de lo que sentimos obteniendo como resultado de ello, la personalidad y las decisiones de cada uno de nosotros.

Miedo, alegría o tristeza son algunas de las muchas de emociones que vivimos cada día; y aquí es donde reside el verdadero reto, en saber qué hacer con ellas día a día, buscar ese límite en el que debemos de controlarlas o simplemente dejarnos llevar. Los expertos denominan este hecho inteligencia emocional, aunque desde mi punto de vista es simplemente el resultado del uso del sentido común.

Saber qué hacer o que decisión tomar en cada momento para evitar hacer daño a aquéllos que nos resultan importantes en nuestra vida, y, por supuesto, para esquivar nuestro propio dolor; pero siendo también honestos y consecuentes con las señales que notamos fruto de los hechos de la vida y tener el valor para transmitirlo, ése es el verdadero tira y afloja de las emociones.

Pero, ¿qué hay de esa felicidad que también nos aportan algunos sentimientos? Sentir es también vivir, es disfrutar de momentos mágicos que ni los maestros de la palabra a veces pueden describir, es estremecerse con una mirada o con un simple gesto, y como no, soñar con nuevos retos e ilusiones.

Al fin y al cabo, las emociones, para bien o para mal, conforman uno de esos factores imprevisibles de la vida. Por ello nunca olvidéis la siguiente frase del físico y matemático Blaise Pascal:
                        "El corazón tiene razones, que la razón ignora"

viernes, 10 de febrero de 2012

Sin miedo a dejar de ser Peter Pan


En el día de ayer, tras mantener una conversación con una adolescente de trece años;  comencé a cuestionarme en qué momento dejamos de ser niños.  ¿Cuál es la clave exacta para que esa dulce inocencia desaparezca en nosotros y empezar a asumir responsabilidades?

Crecer y envejecer es algo obligatorio en la vida, sin embargo, madurar resulta opcional.

Se puede ser muy joven en la vida y tener una madurez extraordinaria, o por el contrario, intentar ser siempre como Peter Pan  y con ello evitar tener propósitos ante la vida.

Madurar no es algo físico, es una cuestión de actitud, y ciertamente, en muchas ocasiones no es una tarea fácil. Hacerse mayor implica tomar conciencia de tu propia vida, y mirar los errores del pasado, no para lamentarnos por ellos, si no para intentar corregirlos. También  conlleva intentar alcanzar nuestras propias metas para ser felices con nosotros mismos y conseguir la confianza necesaria para creer en nuestras capacidades ante las adversidades que se presenten en el camino.

Y es que convertirse en adulto va acompañado de vivir nuevas experiencias, y desgraciadamente quizás algunas de ellas nos resulten dolorosas;  y ahí es donde está el verdadero reto, en superarlas. El día menos pensado, descubriremos que, sin darnos cuenta, hemos pasado a ser personas más realizadas, fuertes y valiosas.

Debemos intentar ser felices por lo que somos, y no sólo por lo que tenemos; valorarnos, confiar en nosotros, aprender de nuestros errores,  y ser capaces de superarnos día a día; pero eso sí, siempre debemos dejar un huequito en nuestras vidas para creer en “un país de Nunca Jamás” ya que, al igual que en los niños, la ilusión también forma parte de nuestra felicidad.

jueves, 9 de febrero de 2012

El valor del ser humano



Una vez más regreso a este blog para plasmar en él una nueva reflexión, en esta ocasión para meditar sobre el valor del ser humano. Puede parecer algo extraño e incoherente, pero a día de hoy  la importancia del ser humano, y con ello los principios que todo hombre debería tener; también se encuentran en época de crisis.

Es difícil llegar a entender como valores como el respeto, la justicia, la integridad o la dignidad humana son constantemente pisoteados en nuestra sociedad. Cada día somos testigos de  numerosas noticias a través de los medios en las cuales los principios de las personas son despreciados e ignorados, y este hecho resulta para mí aún más triste sabiendo, como estudiante de comunicación que soy, que la información transmitida por los medios es a menudo seleccionada para ocultar realidades aún peores debido a los  intereses de nuestros  políticos. Con todo esto, me pregunto:  ¿En qué momento las personas dejamos de ser el centro de la vida? ¿Se puede concebir una sociedad sin el respeto a los derechos humanos?

Sinceramente, no tengo una respuesta clara; pero intentaré apelar a la ética y la filosofía para  para responder esta complicada cuestión.  Como dirían filósofos  humanistas de la talla de Erasmo de Rotterdam o Petrarca: “La dignidad y el valor del individuo son fundamentales para el desarrollo de las sociedades y los países”. Por tanto, ¿Cómo podemos permitirnos permanecer impasibles al ver como nuestros derechos resultan invalidados?

Sé que a nivel individual, es imposible intentar cambiar esta realidad con el simple uso de mis palabras, pero al menos me llevo la satisfacción de pensar que todos aquellos que leáis este blog, dedicareis al terminar su lectura un par de minutos para reflexionar sobre esta cuestión, y con suerte y un poco de amor propio, este blog surgirá un efecto en vosotros a corto o medio plazo.

Por último, dedicaré unas palabras al señor De la Riva, alcalde de mi ciudad, sobre sus polémicas declaraciones acerca del aborto, y aunque no sea muy honesto por mi parte, permitirme darle un consejo a nivel personal:
"Compórtate en todo momento con la honestidad de un auténtico profesional, tomando todas tus decisiones con el respeto que te debes a ti mismo y aquéllos a los cuales influye tu cargo,  de tal modo que te hagas así merecedor de vivir con plenitud tu profesión"
Me despido por ahora, no sin antes dejaros algunas imágenes sobre Fotografía Humanitaria del periodista Gervasio Sánchez, las cuales sitúan al ser humano como centro de la imagen, filosofía que también deberíamos aplicar nosotros cada día a nuestra vida.



 


miércoles, 8 de febrero de 2012

Etapas.

"La vida es un continuo cambio", así definiría el día de hoy. 

Es curioso como muchas veces no somos conscientes de ello, pero cada día incluso, cada minuto es un devenir incesante de sucesos.
Aceptar los cambios y aprender de ellos forma parte de nuestro crecimiento como personas, aunque en ocasiones no sea un camino fácil. Asumir decisiones, proponerse nuevos retos o entablar nuevas relaciones; todo conlleva un riesgo a lo desconocido, a lo impredecible. Pero, ¿qué sería de nosotros si no asumiésemos riesgos?

Un gran hombre me dijo una vez: "la vida es un riesgo constante"; y no le faltó razón. Frecuentemente, nos dejamos llevar por el miedo y el desconocimiento, y en mi opinión, siempre es mejor arrepentirse de aquello que has hecho, que de lo que has dejado por hacer. Todo es un riesgo: reír, es arriesgarse a que te llamen tonto; llorar, a que te llamen sentimental.  Pero, solo a través del riesgo se logra la propia libertad personal.

Hoy se cierra una etapa en mi vida, es hora de abrir una nueva ventana y recuperar mi propia esencia, recordar quién era, reflexionar quién soy y proponerme quién quiero llegar a ser. Será difícil, pero por el momento es algo que únicamente puedo hacer en solitario. Analizar mis errores, establecer nuevas metas y descubrir cuales son mis límites; son algunos de esos nuevos propósitos,  pero siempre contando con el apoyo de los que siempre han estado ahí.

Después de tantos altibajos, me debo un tiempo para mí, para devolverme esa autoestima perdida y encontrar ese coraje y carácter luchador que me caracterizaban. Me lo debo.
Mañana, es el primer día de esa nueva etapa, y cómo no, pronto volveré para escribir sobre ello.
Buenas noches.

sábado, 4 de febrero de 2012

Unos meses después...

Tras meses de ausencia hoy vuelvo a este blog, es curioso recordar como veía mi vida hace tan sólo unos meses, y sobre todo, ver como han cambiado tanto las cosas.

No todo ha sido como imaginaba en aquella época en la que escribí mi última entrada, han sido meses de momentos duros y difíciles, meses de decisiones, de sorpresas y de adquirir más responsabilidades.

Durante este tiempo he conocido gente maravillosa, y por qué no decirlo, algunos de ellos han conseguido robarme un trozito de mi corazón. Otros, sin embargo, me han hecho darme cuenta de mis errores, en ocasiones para aprender que hay quién por mucho que deseemos nunca cambiará. Pero cómo no, toda buena regla posee su excepción. Esa excepción que hoy hace que vuelva a creer en mi, que durante estos meses ha sido imprescindible y quién me ha demostrado que en ocasiones, merece la pena dar una segunda oportunidad. 
Por último, tengo que nombrar a mis fieles amigos, los que siempre han estado ahí y confío que lo sigan estando mucho tiempo.
Volveré pronto, lo prometo.